Destripando Game of Thrones. Season V. Episode VI.

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El Salón de los Rostros

Arya Stark empieza a recoger las migas de su poco recompensado trabajo dentro del Templo del Dios de Muchos Rostros. El juego de las mentiras con la Niña Abandonada se le sigue resistiendo y ella misma es consciente de que debe mejorar pero no encuentra la forma. Pero es la forma la que se le aparece a ella.

Cuando un padre desesperado trae a su hija enferma en busca del don del Dios, Arya sin ni tan siquiera pensar, decide inventarse una historia sentida para que la chiquilla puede irse en paz. Observada por Jaquen, éste decide avanzar en el entrenamiento y mostrarle el Salón de los Rostros.

Salón-Rostros-HBO

El descenso hacia las entrañas del Templo en busca de una respuesta que acalle sus preguntas vuelve a encender la llama que caracteriza a la pequeña Stark. La magnitud de las torres del sótano con las silenciosas facciones en reposo hace surgir escalofríos. Las personas vienen al Templo en busca del don que les haga descansar para siempre, a cambio, entran a formar parte del propio Templo, del propio Dios. Regalan la libre disposición de su aspecto a los sagrados guardianes, entre los que quiere estar Arya.

¿Está la niña lista para dejar ir sus orejas, su nariz y su lengua? ¿Para dejar ir sus esperanzas, amores y odios? ¿Para todo lo que es, para siempre? No, la niña no está lista para convertirse en nadie. Pero está lista para convertirse en alguien más.

 A_new_face_by_Marc_Simonetti©

Hostilidades recurrentes

Parece ser que no solamente en el Norte habrá guerra. En los soleados Jardines del Agua de Dorne las hostilidades van en aumento. Mientras Jaime y Bronn se cuelan en el Palacio para rescatar a Myrcella, la niña no parece estar por la labor. Encandilada como está de un necio y alelado Trystane Martell -hijo de Doran-, la aparición de su padretío la sorprende sobremanera.

En ese mismo instante, Elaria Arena manda a su grupo de desvirtuadas y insulsas Serpientes de Arena a atacar, cual escuadrilla descerebrada de perros de caza.

El conjunto forma una escena de combate muy lejos de lo que nos tiene acostumbrados la HBO. Un Jaime sufriendo como un animal malherido sin su zarpa diestra, un Bronn derrotado con suma facilidad y una Myrcella catatónica que nos recuerda a esa Sansa pazguata del inicio de la saga. Sólo la aparición del gigante Areo Hotah le da un poco de sabor al asunto, por su exotismo y su gran alabarda más que nada.

En definitiva, todos quedan arrestados: Jaime, Bronn, las Serpientes y Elaria. ¿Qué decidirá el Príncipe Doran al respecto? ¿Pondrá a su familia por delante de la diplomacia o querrá mantener la paz con Desembarco del Rey en vez de vengar la muerte de su hermano Oberyn?

Inaugurando los Pozo de Lucha

La cantidad de despropósitos de Jorah tras secuestrar a Tyrion suma y sigue. El kharma es el kharma, aquí y en Poniente. Tras infectarse de psoriagrís, recibe la noticia de la muerte de su padre de forma totalmente inconsciente por parte de Tyrion y a posteriori es apresado por un grupo de piratas.

El soldado se ve salpicado por un arrebato de labia del enano que lo prodiga como uno de los mejores guerreros de los Siete Reinos. La verdad es que Tyrion consigue salvarlos gracias -de nuevo- a su dialéctica, pero de manera que salen del fuego para caer en las brasas.

El líder del grupo captor, un reconocible Señor Eko de Lost, se traga la palabrería del enano y ponen rumbo a la Bahía de los Esclavos para vender al luchador ponienti al mejor postor, ahora que los pozos de lucha han sido reabiertos. Daenerys se acerca.

Justicia divina

Tras intentar olvidar los minutos perdidos en Dorne, en Desembarco del Rey las tensiones se acrecientan. Sorprendida por el ascendente poder que acumula el Gorrión Supremo y su grupo de militantes, la familia Tyrell -Lady Olenna inclusive- es testigo en sus propias carnes de susodicho poderío.

Ser Loras Tyrell es juzgado por sodomía y herejía acusado de yacer con hombres varones. Ser Loras, cual trámite cualquiera, lo niega todo apelando a su buen hacer caballeresco, protegido por su poderoso apellido. Lo que acostumbraría a terminar en una inexistente condena se transforma en un incendio para las rosas.

Ni corto ni perezoso, el Gorrión anima a la Reina Margaery a testificar. Mientras ésta niega todas las calumnias que se dicen de su hermano, se empieza a oler el humo de la chamusquina desde casa. Algo va a ir mal, lo presentimos.

La música nos da la razón a la par que entra en la sala margarey-detenidael testimonio real. El chico del burdel que ha compartido más noches de cama con Loras que Tyrion con copas de vino. Tras la confesión, el Gorrión decide que existen suficientes pruebas concluyentes para encerrar al noble a la espera de un juicio formal. Pero además, se atreve a encerrar a la mismísima Reina Margaery por mentir en un juicio delante de los ojos de los dioses tras juramento ante la mirada atónita y patética del Rey Tommen.

Qué orgasmo debe estar sintiendo en estos momentos Cersei viendo consumir a su peor enemigo. Maggy la Rana se equivocó, piensa….o tal vez no?

Quien a nadie puede sorprender en lo que a juegos de naipes se refiere es Meñique. Tras regresar a la capital, sin más dilación juega la carta de Sansa. Aprovechando la guerra psicológica en la que está metida Cersei con el juicio, Lord Baelish ofrece el poder de sus guerreros del Valle y sus riquezas a cambio de ser nombrado Guardián en el Norte. Una vez esté librada la batalla por Invernalia entre Stannis y Bolton, derrotar al vencedor sería tarea fácil. La única condición de la reina madre es simple: entregar la cabeza de Sansa.

El-más-maquiavélico-de-Juego-de-Tronos

Winter Hell is coming

Finalizando el capítulo, aprovecho para compartir una idea del magnífico escritor Jair Domínguez plasmada durante todo el transcurso de su macabro y adictivo libro «Segui vora el foc».

La violencia y el sexo es lo que ha movido a la humanidad desde el origen de los tiempos.

Si las leyes de los hombres no pusiesen barreras a estos dos activos esenciales, la ley del más fuerte se abriría paso hasta regresar a la bienvenida más famosa de Guns N’ Roses: «Welcome to the Jungle».

Algo totalmente parecido pasa en el mundo de Game of Thrones. Ambientado en una edad medieval donde el poder, la riqueza y la familia abren caminos -me suena-, la justicia brilla por su ausencia. Si al hombre que posee esas tres cualidades le añadimos psicopatía, perversión, ansia desolladora, apatía y sadismo, lo mejor es estar a miles de leguas de distancia.

Sansa con un ego crecido tras despachar a la desequilibrada Myranda del cuarto de baños y con las enseñanzas de Meñique aún presentes en su cabeza, recibe una dosis de realidad a la altura del peor de los infiernos. Un infierno en el hielo.

De vuelta a una Invernalia medio derruida alejada de los días de niñez, la histórica ciudad de la familia ocupada por sus mismos asesinos, la heredera Stark casada y violada siendo aún virgen en su noche de bodas, mientras el presunto homicida de sus hermanos pequeños graba la escena en la retina.

Violencia y sexo. Sexo y violencia. El concepto personificado en una sola alma: Ramsay Bolton.